El subcampo de Kamenz-Herrental durante el período nacionalsocialista – trabajo y evacuación
La fábrica de vidrio

El subcampo de Kamenz-Herrental también incluía una fábrica de vidrio. La empresa Daimler-Benz AG tenía en Kamenz una filial bajo el nombre encubierto ‘Elster GmbH’, que producía componentes relacionados con la industria armamentística (por ejemplo, piezas de motor). Los prisioneros eran obligados a trabajar allí en condiciones extremadamente duras e inhumanas. Eran golpeados con culatas de fusil para que trabajaran, y los que estaban exhaustos eran dejados en una esquina del taller.
El trabajo forzado en la fábrica de vidrio fue planificado y supervisado por el ingeniero Lenhardt. Los prisioneros eran sacados del campo a las seis de la mañana y debían formarse en el patio de la fábrica. La jornada laboral duraba 12 horas, de 6:00 a 18:00. El personal de guardia estaba compuesto por al menos 45 miembros de las SS, y el trabajo se realizaba bajo la supervisión de un sargento.
Testimonio de un superviviente
R. Vignon, un testigo, declaró: Antes de Navidad fuimos conducidos, después de una marcha bastante larga, a una fábrica en Kamenz. Fuimos divididos en dos turnos según nuestra especialidad (montadores, torneros, electricistas); un turno nocturno y uno diurno.
Con frecuencia sonaban las alarmas aéreas, lo que interrumpía el trabajo. Cada dos semanas teníamos un domingo libre.
Evacuación hacia Baviera
La evacuación comenzó en febrero de 1945 hacia Baviera, después de que el Ejército Rojo cruzara el río Neisse de Lusacia. La Gestapo en Dresde ordenó que los prisioneros marcharan a pie hacia Penig, un subcampo de Buchenwald con condiciones similares a las de Kamenz. Sin embargo, era evidente que el destino no podría alcanzarse. Aun así, el 24 de febrero, entre 200 y 220 deportados fueron enviados en dirección a Penig. Debido a información errónea y a un cambio de órdenes desde Dresde, los deportados tuvieron que regresar a Kamenz.
Sin zapatos, los prisioneros regresaron a Kamenz y encontraron los cuerpos de otros reclusos que habían quedado atrás. Permanecieron allí hasta la evacuación definitiva. Aquellos que informaban estar enfermos eran asesinados por los guardias. Según testimonios, en Kamenz surgieron pequeños actos de resistencia basados en la solidaridad entre los prisioneros.
Ciudadanos de Kamenz y el campo
Las condiciones fuera del campo eran al menos parcialmente visibles para los vecinos cercanos. Los guardias se aseguraban de que nadie se acercara, pero era evidente cómo los prisioneros eran obligados a trabajar y cómo los cuerpos eran devueltos con regularidad. Hablar sobre el campo o sobre las propias observaciones estaba estrictamente prohibido en Kamenz y podía acarrear prisión. El comandante del campo, Wilhelm Wirker, enfatizaba esta prohibición cada vez que se le preguntaba por la situación.
Afirmaba que las acusaciones eran simples rumores y que nadie moría en el campo. A pesar de las prohibiciones y los intentos de ocultar la verdad, algunos vecinos lograron introducir alimentos en el campo y entre las columnas de prisioneros. A cambio, recibían pequeños obsequios de los prisioneros, como tallas de madera u otros objetos hechos a mano. Fuera de estos gestos, la mayoría de los habitantes se mantuvo alejada del campo de Herrental. Tampoco hubo protestas por parte de la iglesia o del clero cercano. Entre la población predominaba una actitud de silencio ante los hechos visibles.
Evacuación
El 10 de marzo de 1945, todos los prisioneros debían ser trasladados a Dachau. Antes del inicio del transporte, varios prisioneros fueron asesinados porque no habrían sobrevivido a la marcha. De los 690 prisioneros, la mayoría eran prisioneros de guerra. No se puede determinar con precisión el número de prisioneros judíos. Una gran parte eran franceses, rusos e italianos. El transporte debía durar seis días, pasando por Checoslovaquia y Mauthausen. Los deportados permanecieron durante horas bajo la lluvia y el frío; aquellos que colapsaban eran cargados en carros.
Después de un tiempo, fueron llevados a la estación de Wiesa, donde las personas fueron hacinadas en vagones estrechos para ser transportadas a Dachau. Durante el viaje no se les permitió salir de los vagones y la comida fue insuficiente. Algunos prisioneros intentaron escapar sin éxito cuando el tren se detuvo en Checoslovaquia. Una segunda parada se produjo tras bombardeos estadounidenses. Varias personas murieron durante el trayecto. En Mauthausen el tren fue alargado y el 16 de marzo de 1945 los prisioneros llegaron a Dachau, donde más de los detenidos en Kamenz perdieron la vida.
Después de la evacuación
Después de que los prisioneros fueron trasladados, un destacamento de trabajo italiano fue llevado al campo para limpiarlo. Los testigos observaron ceniza blanca y huesos humanos cerca de las calderas.
Estos restos también se encontraron entre los desechos de la fábrica. La Gestapo prohibió a la población hablar de lo que habían visto en el campo.